12.4.15

Es posible un desarrollo sostenible

Vivimos en una sociedad en donde nuestra cultura consumista, justifica en buena parte nuestro actual modelo de sociedad. Así, en este modelo social se considera que una mayor oferta de bienes de consumo puestos al alcance de la ciudadanía es fundamental para lograr un mayor bienestar, y que un nivel de consumo más elevado nos da, a su vez, un grado superior de felicidad individual y colectiva. Una de las condiciones necesarias para conseguir satisfacer nuestras necesidades de consumo es el crecimiento económico. Por lo que solo una actividad económica en continuo crecimiento será capaz de satisfacer esa ilusión de conseguir el bienestar a base de consumir cada vez más. Estas creencias y valores están muy adaptados entre nosotros, hasta tal punto que uno de los indicadores clave para medir nuestro estado de bienestar suele ser el incremento del consumo.

Sin embargo, cada vez son más las valoraciones de los expertos, de científicos y de políticos que demandan la necesidad de replantearse seriamente nuestro modelo de consumo porque se considera insostenible desde el punto de vista ambiental, económico y social. La necesidad de imprimir un cambio de rumbo al consumo ya fue destacada en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro del año 1992. En él se marcaron objetivos de alcance internacional como:
  • “Promover modalidades de consumo y producción que reduzcan la presión sobre el medio ambiente y satisfagan las necesidades básicas de la humanidad".
  • "Mejorar la comprensión de la función que desempeña el consumo y la manera de originar modalidades de consumo sostenibles".

Las llamadas 'Agendas 21' locales son fruto de esta cumbre. Según se recoge en los acuerdos de la Cumbre Mundial celebrada en Johannesburgo (2002):
  • “el modelo actual de desarrollo, que ha dado privilegios y prosperidad a aproximadamente el 20% de la humanidad, también ha cobrado un precio alto en deterioro del planeta y agotamiento de sus recursos”.
El modelo predominante de producción y elaboración de productos para consumo se basa en la utilización de enormes cantidades de recursos naturales y artificiales que provocan irreversibles deterioros medioambientales. Para que podamos caminar hacia un modelo de producción consumo más sostenible, es necesario que avancemos hacia un modelo de producción y de consumo de recursos naturales, para lo cual se necesita que:
  • Los recursos naturales renovables no se usen a una velocidad superior a su propia tasa de renovación y crecimiento.
  • Los recursos naturales no renovables tienen que ser utilizados a un ritmo equitativo a la tasa de sustitución por otros recursos renovables.
  • La emisión de residuos y contaminación no puede exceder la capacidad de asimilación y autodepuración de los ecosistemas.
Las estrategias prioritarias para un consumo más responsable y sostenible se deben centrar en el consumo final de los productos, especialmente en las conductas de los consumidores como usuarios finales de bienes y servicios. Los productores tienen que aceptar la responsabilidad de los productos que ponen en el mercado, de manera que se eviten la contaminación y los residuos en el proceso de fabricación, y que al final de su ciclo de vida, puedan ser reciclados y reutilizados, para evitar de ese modo un mayor consumo de recursos naturales.

Para ello desde las Administraciones deben fomentar normas, precios e incentivos que faciliten la adopción de hábitos de consumo más responsables y racionales. Por otra parte, los consumidores, necesitan una mayor información y mecanismos de participación para ejercer su responsabilidad individual y colectiva en las compras. Por lo tanto un consumidor responsable es un consumidor sensibilizado, informado, crítico y consciente, es decir, preocupado por las posibles repercusiones económicas, sociales y medioambientales que acompañan a las sociedades de consumo.

Por último, hay que destacar, que para llevar a cabo un desarrollo sostenible real es importante una buena responsabilidad desde parte del Gobierno, las empresas hasta llegar a la  ciudadanía, con la finalidad de generar una actividad responsable y respetuosa con el entorno y la sociedad, dando un mayor valor a la economía ambiental.Vivimos en una sociedad en donde nuestra cultura consumista, justifica en buena parte nuestro actual modelo de sociedad. Así, en este modelo social se considera que una mayor oferta de bienes de consumo puestos al alcance de la ciudadanía es fundamental para lograr un mayor bienestar, y que un nivel de consumo más elevado nos da, a su vez, un grado superior de felicidad individual y colectiva. Una de las condiciones necesarias para conseguir satisfacer nuestras necesidades de consumo es el crecimiento económico. Por lo que solo una actividad económica en continuo crecimiento será capaz de satisfacer esa ilusión de conseguir el bienestar a base de consumir cada vez más. Estas creencias y valores están muy adaptados entre nosotros, hasta tal punto que uno de los indicadores clave para medir nuestro estado de bienestar suele ser el incremento del consumo.

Información obtenida de:
Fuente: Un análisis de dos conceptos que privan en la estrategia del desarrollo global. Jhonny Santodomingo. Enlace: http://www.estrucplan.com.ar/articulos/verarticulo.asp?IDArticulo=1583 Fecha de consulta: 11/04/15
Fuente: Del desarrollo sustentable al desarrollo sostenible. Jorge Machicado. Enlace: http://jorgemachicado.blogspot.com.es/2009/08/dss.html Fecha de consulta: 11/04/15
Fuente: Cumbre mundial sobre desarrollo sostenible de Johannesburgo. Freno a la pobreza y a la degradación ambiental. Carmen Alfonso. Enlace: http://hispagua.cedex.es/sites/default/files/hispagua_articulo/ambienta/n15/articulo2.pdf Fecha de consulta: 11/04/15
Fuente: Asamblea general de las Naciones Unidas. Naciones Unidas. Enlace: http://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml Fecha de consulta: 11/04/15

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